Por Helena Blumen, Facultad de Medicina Albert Einstein
El Research Brief es una breve reseña de un interesante trabajo académico.
La gran idea
Los bailes de salón sociales pueden mejorar las funciones cognitivas y reducir la atrofia cerebral en las personas mayores con mayor riesgo de padecer Alzheimer y otras formas de demencia. Este es el principal hallazgo del estudio publicado recientemente por mi equipo en la revista Journal of Aging and Physical Activity.
En nuestro estudio, inscribimos a 25 adultos mayores de 65 años en clases de baile de salón dos veces por semana durante seis meses o en clases de marcha en cinta rodante dos veces por semana durante seis meses. Ninguno de ellos participaba en programas formales de baile u otros ejercicios.
El objetivo general era ver cómo afectaba cada experiencia a la función cognitiva y la salud cerebral.
Aunque ninguno de los voluntarios del estudio tenía un diagnóstico de demencia, todos obtuvieron resultados algo inferiores a los esperados en al menos una de nuestras pruebas de detección de la demencia. Descubrimos que los adultos mayores que realizaron seis meses de baile social y los que realizaron seis meses de caminata en cinta mejoraron su funcionamiento ejecutivo, un término que engloba la planificación, el razonamiento y el procesamiento de tareas que requieren atención.
El baile, sin embargo, generó mejoras significativamente mayores que caminar en cinta en una medida de la función ejecutiva y en la velocidad de procesamiento, que es el tiempo que se tarda en responder o procesar la información. En comparación con caminar, bailar también se asoció a una reducción de la atrofia cerebral en el hipocampo, una región del cerebro clave para el funcionamiento de la memoria y especialmente afectada por la enfermedad de Alzheimer. Los investigadores también saben que esta parte de nuestro cerebro puede experimentar neurogénesis -o crecimiento de nuevas neuronas- en respuesta al ejercicio aeróbico.
Aunque varios estudios anteriores sugieren que el baile tiene efectos beneficiosos sobre la función cognitiva en los adultos mayores, sólo unos pocos lo han comparado directamente con los ejercicios tradicionales. Nuestro estudio es el primero en observar tanto una mejor función cognitiva como una mejor salud cerebral tras bailar que al caminar en adultos mayores con riesgo de demencia. Creemos que el baile social puede ser más beneficioso que caminar porque es física, social y cognitivamente exigente y, por tanto, fortalece una amplia red de regiones cerebrales".
Mientras bailas, no sólo utilizas regiones cerebrales importantes para el movimiento físico. También utilizas regiones cerebrales importantes para interactuar y adaptarte a los movimientos de tu pareja de baile, así como las necesarias para aprender nuevos pasos de baile o recordar los que ya has aprendido.
Por qué es importante
Casi 6 millones de personas mayores en Estados Unidos y 55 millones en todo el mundo padecen la enfermedad de Alzheimer o una demencia relacionada, pero no existe cura. Lamentablemente, la eficacia y la ética de los tratamientos farmacológicos desarrollados recientemente siguen siendo objeto de debate.
La buena noticia es que los adultos mayores pueden reducir potencialmente el riesgo de demencia mediante intervenciones en el estilo de vida, incluso en edades avanzadas. Por ejemplo, reduciendo el aislamiento social y la inactividad física.
El baile social de salón combate tanto el aislamiento como la inactividad. En estas últimas etapas de la pandemia de COVID-19, se necesita urgentemente una mejor comprensión de los efectos indirectos de COVID-19, en particular los que aumentan el riesgo de demencia, como el aislamiento social. En mi opinión, la intervención temprana es fundamental para evitar que la demencia se convierta en la próxima pandemia. El baile social podría ser una forma especialmente oportuna de superar los efectos cognitivos y cerebrales adversos asociados al aislamiento y a la menor interacción social durante la pandemia.
Lo que aún no se sabe
Se ha demostrado que las intervenciones tradicionales de ejercicio aeróbico, como caminar o correr, producen mejoras modestas pero fiables en la cognición, sobre todo en la función ejecutiva.
El estudio de mi equipo se basa en esa investigación y aporta pruebas preliminares de que no todo el ejercicio es igual cuando se trata de la salud cerebral. Sin embargo, el tamaño de nuestra muestra era bastante pequeño y se necesitan estudios más amplios para confirmar estos resultados iniciales. También se necesitan estudios adicionales para determinar la duración, frecuencia e intensidad óptimas de las clases de baile que pueden producir cambios positivos.
Las intervenciones en el estilo de vida, como los bailes de salón sociales, son una vía prometedora, no invasiva y rentable para evitar la demencia y, con el tiempo, dejar atrás la pandemia de COVID-19.
Helena Blumen, Profesora Asociada de Medicina y Neurología, Facultad de Medicina Albert Einstein