Para algunos niños, la escuela es una experiencia emocionante: Agitan las manos para responder a las preguntas, cantan canciones en grupo y son los primeros en sentarse para merendar.
A otros niños les hace menos ilusión. Los niños tímidos o más reservados pueden sentirse abrumados en la escuela. Puede que no se atrevan a hablar en clase, que no se acerquen al grupo o que prefieran estar solos, jugando tranquilamente en un rincón.
Cómo ayudar a un niño tímido a participar en la escuela
Tenga en cuenta que la timidez no es un rasgo fijo. Que su hijo sea tímido en este momento no significa que lo vaya a ser siempre ni que vaya a ser tímido en todas las situaciones. Tampoco hay nada intrínsecamente malo en ser tímido, así que no piense que tiene que cambiar el comportamiento de su hijo. En lugar de eso, busque formas de ayudarle a tener éxito en la escuela, incluso cuando se sienta tímido.
Habla con el profesor. Mantente en contacto con los profesores y el personal del centro. La comunicación entre padres y profesores es una herramienta importante para ayudar a los niños tímidos en la escuela.
Empiece por comparar cómo se comporta su hijo en la escuela y en casa. ¿Qué actividades le gustan más en casa que en clase? ¿Qué le disgusta de lo que se espera que haga en el colegio? Reúna información con los profesores de su hijo y busque formas de hacer de la clase un lugar atractivo y cómodo. Reúnete con el profesor y elaborad un plan.
Lleve sus intereses al colegio. Por ejemplo, si a su hijo le fascinan los bichos, pregunte a su profesor si puede llevar su colección para compartirla con la clase. Puede que su hijo se resista a hacer una presentación formal, pero podría tener la oportunidad de hablar o responder a preguntas. El profesor puede organizar un debate sobre bichos utilizando los materiales de su hijo como ayuda visual, o crear una estación de bichos con los materiales de su hijo.
Aunque su hijo no hable enseguida, el mero hecho de tener sus cosas favoritas en clase puede ayudar a disipar su timidez. Puede participar y sentirse parte de la clase, lo cual es un buen comienzo. Incluso compartir un libro o un juguete que le guste a tu hijo puede ayudar.
Visita su colegio. Visitar su clase puede ayudar a su hijo tímido a sentirse más cómodo en la escuela. Puede que su horario no le permita realizar visitas periódicas o prolongadas al aula, pero incluso una visita de vez en cuando le dará la oportunidad de observar. Tal vez pueda leer un libro, ayudar en la comida o acompañar a su hijo en una excursión.
Asegúrese de que se enfrentan a un reto. Si su hijo es reacio a participar en las actividades de clase, puede deberse a que son demasiado fáciles. Si sospecha que se trata de un problema, busque con el profesor la forma de que su hijo se enfrente a más retos. Otra posibilidad es que su hijo se esté conteniendo porque las actividades de clase son demasiado difíciles. Hable con el profesor de su hijo para encontrar formas de plantearle retos adecuados. Dependiendo de su edad, considere la posibilidad de que su hijo participe también en estas conversaciones.
Ayúdales en casa. A veces, los niños se muestran tímidos en el colegio porque temen no hacer las cosas bien. A algunos niños les resulta más fácil adquirir nuevas destrezas en un lugar tranquilo, sin los estímulos ni las presiones del aula. Si su hijo se siente torpe pintando con un pincel, haciendo una presentación o escribiendo un cuento, practiquen juntos en casa. Dele oportunidades de mejorar, pero no le presione. La idea es reforzar la confianza de su hijo.
Céntrese en sus logros. No se limite a prestar atención a los tropiezos. Celebre los logros de su hijo dentro y fuera del aula. Practicar un deporte, aprender un instrumento, participar en proyectos de servicio a la comunidad e incluso ser un buen ayudante en casa pueden contribuir a aumentar la confianza de su hijo en la escuela.
Sea su "alumno". Puede ayudar a su hijo a representar en casa un "colegio" como una forma no intimidatoria de practicar su presencia en el aula. Prepare una clase con peluches y deje que su hijo la represente. Usted puede ayudar a organizar el juego y participar como uno de los "alumnos", pero deje que su hijo dirija la clase. Puede que descubra temores escolares, como niños malos o un profesor gruñón. Si, como "alumno" puedes jugar ligeramente a tener miedo de los niños o del profesor, tu hijo puede encontrarlo muy divertido. Su risa puede ayudarle a liberar algunos de sus sentimientos de miedo para que pueda tener más confianza en sí mismo. Hable de lo que'ocurre, hágale preguntas a su hijo y utilice la información para hablar con su profesor.
A los mayores, pídales que le enseñen a usted o a un hermano pequeño algo que hayan aprendido en el colegio. Preste atención a cómo se comunican mientras enseñan. Entabla un debate sobre cómo se enseña y se aprende en su clase y qué les parece bien y qué no les parece tan bien. Si surge algún problema, piensa con tu hijo cómo mejorarlo.
¿Cómo puedo animar a mi hijo tímido a hablar?
Que su hijo sea tímido no significa que no pueda participar plenamente en la escuela. En lugar de pedirle que sea más franco, anímele a compartir su brillantez de una forma que le haga sentirse bien. Háblele de lo importante que es que las personas aprendan unas de otras y de que tienen una perspectiva única que aportar a la escuela. Hable de las distintas formas de participar en clase: hablando con un compañero, escribiendo o dibujando, debatiendo con un pequeño grupo o compartiendo con toda la clase.
Su hijo no tiene por qué ser el primero de la clase para aprender. Pero aliviar sus miedos, aunque sea un poco, puede hacer que la escuela sea una experiencia más agradable, lo que fomenta el aprendizaje y es un objetivo que merece la pena. Siguiendo los consejos anteriores, puedes ayudar a tu hijo a sentirse más seguro en la escuela.
Usted quiere que a su hijo le entusiasme la escuela, pero intente no preocuparse demasiado, sobre todo si aún está en preescolar. Durante la etapa preescolar, los niños empiezan a aprender a relacionarse con sus compañeros y a participar en actividades de grupo. Muchos niños en edad preescolar aún se sienten más cómodos realizando juegos paralelos junto a otros niños, observando e imitando en lugar de jugar directamente con sus amigos.
En la guardería, la mayoría de los niños juegan de forma interactiva, pero todavía se están adaptando al entorno social de la escuela. Tanto en preescolar como en la guardería, los niños prueban nuevos terrenos y aprenden nuevas normas de comportamiento. Es un proceso que puede llevar tiempo.
A medida que crecen, los niños tímidos pueden sentirse más cómodos jugando con un amigo o con un grupo reducido de compañeros. Anime a su hijo a reflexionar sobre las situaciones sociales en las que se siente más o menos cómodo. Hablar y normalizar el sentimiento de timidez puede ayudar mucho.
Al igual que las personalidades difieren, los niños varían enormemente en su forma de relacionarse con la escuela. Algunos tardan más que otros en adaptarse a la rutina diaria del aula o a una nueva escuela, profesor o clase. Algunos son tímidos al principio, pero acaban abriéndose. Otros siguen siendo tímidos, y eso no tiene nada de malo. La timidez normal no es un problema que haya que solucionar.
¿Cómo puedo saber si mi hijo tímido necesita ayuda?
En la mayoría de los casos, la timidez no es un problema grave, pero en algunos puede ser debilitante y hacer que los niños se retraigan y eviten las situaciones sociales. En estos casos, los problemas para socializar pueden prolongarse hasta la edad adulta. La timidez también puede ser un signo de un trastorno de ansiedad en los niños.
Algunas señales de alarma pueden indicar que su hijo necesita atención profesional. Hable con el pediatra o el psicólogo del colegio si su hijo..:
- llora o hace rabietas regularmente antes o en la escuela
- está significativamente retraído la mayor parte del tiempo, haciendo poco contacto visual
- actúa violentamente en la escuela, golpeando a otros niños o maestros
Además, si la timidez de su hijo interfiere en su vida cotidiana y en sus amistades, pida al pediatra que le derive a un terapeuta.